Enamorada del óxido

Hundo mis pies en la tierra.
En la que me sujeta, en la que enraízo.
Pero si hay días en los que está húmeda
y llena de barro y hojas
de los días grises que tiñen a veces el calendario,
alzo mi mirada al cielo
y sueño con nubes y su baile en el azul.



Sueño con cirros domesticados,
magia en vapor de agua.
Hollín y ruedas dentadas.
Y sueño con tanta, tanta fuerza
que a veces se oyen por encima
de los engranajes chirriados
que gimen dentro de mi cabeza.



Sólo necesito un soplo de aire caliente que me eleve...
... y una pizca de la magia de unas agujas.