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Las mañanas ya me saben a vacaciones. ¿Que qué sabor es ese? Pues es como dulce, como de sonrisa a medio esbozar recién levantada de la cama.

Ha sido un año de muchísimo trabajo, mucho estrés en el hospital, y sólo de pensar que me quedan sólo dos días de trabajo y luego no vuelvo en casi 20... uf.
Sólo de pensarlo floto un poco por encima del suelo, como si fuese andando con las puntitas de los pies, y sólo hacen falta unas notas de música para dibujar unos tontos pasos de baile cuando camino por la calle.

Así que si veis a una excéntrica vestida de muñeca con una sonrisa non stop en la cara, paseando al son de una música que sólo oye ella misma... puedo ser yo. O no, quién sabe, y el mundo se esté volviendo un poco más amable.

Fotografía de Rocío Montoya

En estas vacaciones tengo pensado (así, por este orden) dormir, viajar, lolitear todo lo que pueda... y por encima de todo ello, ser FELIZ, con mayúsculas. Y luego, una vez que tenga aprendida la sonrisa de memoria, sin tener que releerme los sueños de cada día, me la recitaré a mí misma los 365 días del año que me queden por delante... para que todos los días sepan un poco a vacaciones.


Imagen encontrada via landscapesofmonelle.tumblr.com/

Encima este año traen rayitos de sol valenciano, y el aroma a manzanas de un cuento made in Zaragoza. No puedo estar más contenta.

Y ahora... a coser (que tengo rosas entre manos). Y me repito el lema del post anterior: Ella creyó que podía, y lo hizo. Esperad y veréis :)

Imagen encontrada por Tumblr de autor desconocido

PD: Conseguí reservar el vestido de la entrada anterior, con el colgante en plateado. A cambio, he tenido que decir adiós a mis cerezas favoritas, pero creo que el cambio ha merecido la pena.


Y si hay alguna interesada, tengo a la venta estos calcetines por la rodilla de Baby sin estrenar por 30 euros con envío incluído a cualquier sitio de España.