Ya que prácticamente al final casi todas nuestras quedadas se reducen a comer hasta que el shirring sufre, pues para qué vamos a engañarnos más tiempo.
En una de las quedadas anteriores se propuso el tema de hacer una quedada en una sidrería, tirar de solomillo y barrica y redescubrir nuestros límites una vez más.
Pero como no tengo claro si es o no muy adecuado para una lolita atacar un chuletón con los colmillos fuera... pues antes de que os quiten el carnet de lolita a las demás, me sacrifico por la causa y vemos las consecuencias ;)
Esta tarde he reservado mesa para comer mañana en un asturiano. Me acompañarán en este arriesgado experimento sociológico mi hermano y mi novio, por si acaso necesito apoyo psicológico.
Mañana os cuento coordinate, límites del shirring y cómo espichar sidra sin gotearse el print y sin perder glamour.
¡Nos leemos!
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