Telarañas y puntillas se acumulan
sobre un cuerpecito olvidado.
Porcelana y polvo,
candor y decrepitud.
Intenta encontrar el límite
entre la dulzura y el escalofrío.
Siempre ha sido así.
La muñeca sueña sueños de plástico,
vacíos, etéreos, fugaces.
Los rizos se enmarañan con las canas.
Se estira la piel en el espejo.
Ayer había rosa en sus labios, hoy cera.
Pero los sueños no envejecen.
Son los sueños los que desafían la demencia diaria.
Mi regalo de Navidad más especial aún está por llegar, aún está por fabricarse...
hermoso poema!
ResponderEliminarMe ha encantado, imagen y música incluídas <3
ResponderEliminarMe alegro de que os guste ^-^
ResponderEliminarMuchas gracias a las dos!