El polvo impregna la borla
que borra rojeces,
que alisa cansancios.
Adiós brillos, adiós marcas,
soy por fin un lienzo en blanco.
La luz tímida se esconde
y la sujeto por el mango,
derramando su color
en el gris de mis párpados.
Rojo-verde.
Antagonistas.
Soy por fin un lienzo en blanco.
Me dibujo la mirada,
tiño de rojo mis labios.
Y con luces y con sombras,
dulce máscara de engaño,
me convierto en mi armadura,
templada sobre el asfalto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario